David todavía tiembla, sentado en el sofá de mi consulta, cuando me cuenta “estaba sólo en casa, acabándome de preparar. Había quedado con mi novia a las ocho, teníamos que ir a una cena formal con nuestros padres. Mientras me ponía el reloj, de forma automática, miré la hora, eran las ocho y diez y Marta no había llegado.
En ese momento, sin esperarlo, empecé a pensar que, seguramente Marta había tenido un accidente al regresar y que, en cuanto llamaran sería la policía que me pediría que fuera a reconocerla y…por favor, pensé tantas cosas en un minuto, el corazón me dio un vuelco y empezó a latir fuertemente, me tuve que quitar la corbata porque sudaba profusamente, empecé a ahogarme y a sentirme inestable, como si la visión se volviera borrosa, estaba convencido de que me volvería loco… otro vuelco fue treinta segundos después cuando el timbre sonó y Marta entró sonriente y pidiendo disculpas por haber llegado tarde…
¿ Qué me pasó? ¿Cómo lo puedo controlar? Porque me ha vuelto a ocurrir otras veces, ¿me curaré algún día?”
Lo que le ocurrió a David es una situación bastante típica que sucede, también, a muchos otros pacientes y, a la cual llamamos ansiedad aunque, en este caso, le pondremos un “apellido”: anticipatoria. Como ya hemos visto en anteriores artículos en Siquia, llamamos ansiedad a una respuesta positiva y natural del organismo que sirve para defenderse de una amenaza, ya sea está real o percibida. Sólo si se superan ciertos umbrales de activación, la ansiedad se convierte en una respuesta patológica, que se manifiesta en cuadros de pánico, quedando una elevada parte residual la cual se suele somatizar en el organismo ocasionando síntomas de tipo psicofisiológico, es cuando decimos que el cuerpo, duele, ya que lo hace de una forma totalmente inespecífica, vaga y afectando a diversos órganos y sistemas.
La anticipación está relacionada con imaginar el futuro. Cuando David mira la hora y ve que pasan diez minutos respecto de la hora de la cita con su novia, empieza a pensar en lo qué le puede haber sucedido. Anticipa que le debe haber ocurrido algo horrible que haya motivado que no estuviera allí a las ocho, tal y como quedaron. Más tarde, se imagina ya en la situación de que se cumplan sus peores expectativas y por todo lo que debería pasar. Mientras piensa esto su corazón late muy rápido, su respiración es superficial y rápida, comienzan las sensaciones que conducen a una crisis de pánico. Por tanto, como vemos, la función principal de la ansiedad es movilizar al organismo frente a posibles amenazas, reales o percibidas. Sin embargo, cuando hablamos deansiedad anticipatoria, su función es activar al organismo antes de que este posible peligro ocurra. Es decir, nos advierte. En otras palabras, “quien avisa, no es traidor”… aunque demasiadas veces lo que ocurre es que el peligro es inexistente.
Funciones de la ansiedad anticipatoria
La ansiedad anticipatoria es un proceso de evaluación cognitiva que, teniendo en cuenta la experiencia, entre otras cuestiones, predice las consecuencias que un acontecimiento determinado ( el retraso de Marta, en el ejemplo) produce en la conducta del paciente ( David, en este caso).
- Evaluación primaria: cómo, cuándo, de qué manera algo perjudica o beneficia al paciente
- Evaluación secundaria: qué puede hacerse al respecto, por parte del propio paciente
- Expectativa de eficacia: qué capacidad se atribuye la persona para hacer algo que cambie la situación
- Expectativa de resultados: qué resultados se calculan como probables para el paciente lo cual produce un estado emocional agradable o desagradable, dependiendo de que el individuo se vea afectado positiva o negativamente.
La anticipación también produce un efecto motivacional. Según Bandura (1986) “los pensamientos anticipatorios que no exceden los límites de la realidad tienen un valor funcional porque motivan el desarrollo de competencias y de planes de acción”. La anticipación es parte de la acción ya que es un factor tanto regulador como inductor de la conducta y emociones.
El pensamiento tiene una importante capacidad de auto-activación fisiológica de la emoción. Las anticipaciones referidas a amenazas, daños o perjuicios, generan ansiedad. Estos pensamientos percibidos, lo cual no significa que sean irreales, pueden resultar tan activadores como los propios eventos reales. Es entonces cuando los pulmones, el corazón, el estómago y los músculos no saben qué ocurre y, por tanto, no toman ninguna decisión que implique una actuación por su parte. Son los centros nerviosos superiores, la corteza cerebral, especialmente, pero no únicamente, la que presupone nuestra realidad, de forma correcta o incorrecta así como la manera cómo nos está afectando y toma decisiones acerca de lo que podemos hacer. Por tanto, se produce una respuesta psicofisiológica que será la que permitirá responder al organismo.
Sintomatología de la ansiedad anticipatoria
No se puede menospreciar la importancia de la ansiedad anticipatoria ya que, en contra de lo que algunos puedan pensar, se trata de un problema real que produce una sintomatología absolutamente real. Cuando la mente espera lo peor (“Marta debe haber tenido un accidente”), el cuerpo se prepara para recibir el impacto emocional de una noticia que no recibirá (pero aún no lo sabe, por tanto, tensión, taquicardia…) y la preocupación (“llega 10 minutos tarde y no es habitual en ella, en un día tan importante”), es interpretado por el organismo como una situación peligrosa. Si esta forma de pensar se convierte en habitual, el trastorno tiende a cronificarse.
Por otra parte, además de hacerle sentir angustiado, la ansiedad puede jugar con su estado de ánimo, haciéndole sentir enfadado, confundido, desesperanzado, irritable o triste, lo cual puede acabar afectando su capacidad de concentración y de toma de decisiones.
La sintomatología física de la ansiedad anticipatoria incluye:
- Tensión muscular.
- Sudoración
- Palpitaciones y/o taquicardia
- Cefaleas
- Disnea
- Voz temblorosa
- Mareos y náuseas
- Problemas digestivo
- Disminuye la capacidad del paciente para concentrarse, lo que puede disminuir su rendimiento.
Los síntomas físicos de la ansiedad anticipatoria pueden ser muy intensos lo que produce que la persona puede pensar que está sufriendo un infarto. Ello es debido a que esté primer ataque de pánico suele ser repentino e inesperado, pero, sin embargo, cambia toda la percepción del paciente. Ya que, después de sufrir uno, comienza a sentir una ansiedad anticipatoria constante, debido al miedo a sufrir un segundo, de la misma manera, que les ocurre a los pacientes que padecen fobias o ansiedad específica.
Tratamiento de la ansiedad anticipatoria
En general, podemos decir que hay tres tipos de tratamiento: psicoterapia, farmacológico o una combinación de ambos. De ellos,hablamos un poquito enseguida. Lo más importante es que tanto la ansiedad específica como la anticipatoria, se pueden tratar.
Sin embargo, muchos de los consejos que se dan para tratar la ansiedad específica también funcionan en el caso de la ansiedad anticipatoria. Estos son algunos consejos a tener en cuenta:
1. Cambia tu pensamiento. La ansiedad anticipatoria es una interpretación catastrófica o negativa sobre un resultado desconocido. Aprende a contemplar la existencia de interpretaciones positivas. Dicho de otra forma: cambia tu pensamiento de tipo “profecía autocumplida” ( es decir, predicciones que son las “causantes” de que algo suceda en nuestro pensamiento o, de otra manera, ponernos nosotros mismos la piedra para tropezar a gusto) por pensamientos realistas ( si algo es, es).
2. Ejercicio físico. Porque posee indudables beneficios, a diversos niveles. Distrae, ayuda a quemar calorías, a relajarte y a liberar la adrenalina adicional que se produce cuando te pones ansioso.
3. Distráete. Encontrar alguna actividad agradable puede reducir la ansiedad ya que ocupa su mente, por ejemplo: leer un libro, salir a caminar, ir al cine, entre otras.
4. Aprende técnicas de relajación. Existen técnicas de relajación, respiración, visualización, imaginación, mindfulness, que sólo podrá practicar con su psicólogo y será capaz de reducir su nivel de ansiedad anticipatoria. Con los ejercicios correctos, puedes incluso aprender a calmar una crisis de ansiedad.
Respecto al tratamiento formal de la ansiedad anticipatoria, muchas veces se recomienda el uso demedicamentos ansiolíoticos para tratar la ansiedad los cuáles pueden ser muy útiles para aliviar los síntomas a corto plazo. Sin embargo- y como ya dijimos en un post anterior- se está produciendo una verdadera adicción a los psicofármacos con escasas ventajas y muchos efectos secundarios, algunos de los cuales son peligrosos para la salud.
La psicoterapia, por su parte, ha demostrado ser bastante eficaz, especialmente, la terapia cognitivo- conductual que ayuda, sobre todo, a cambiar patrones de pensamiento, que es el punto clave para superar la ansiedad anticipatoria.
Para ello, usa varias técnicas como son;:parada de pensamiento, estar en contacto con el aquí y el ahora, visualizar el enfrentamiento a situaciones temidas o hallar que parte hay de realidad y cual de irrealidad en sus anticipaciones de hechos futuros.
Pasos para enfrentarse a lo desconocido e incierto y eliminar la ansiedad anticipatoria
Y, es que en ello consiste, precisamente. Si eres una persona que constantemente te preocupas por lo que va a pasar en el futuro, sea una actividad próxima o tu propio futuro, estás sufriendo posiblemente, un trastorno de ansiedad anticipatoria la cual está relacionada con laintolerancia a la incertidumbre y la necesidad de control. Por ello, se asocia con situaciones en las que la persona tiene elevadas expectativas sobre el propio rendimiento.
La persona repite en su mente, de forma recurrente, escenarios catastróficos en los que todo sale mal. Es decir, presenta un pensamiento negativo, repetido continuamente, lo cual favorece la aparición de las profecías autocumplidas o predicciones causantes de que algo suceda. Como decíamos un poco antes, son la piedra que nos ponemos con la cual tropezar.
Cómo controlar ansiedad anticipatoria: consejos prácticos
1. Detener el círculo vicioso de las emociones negativas. Casi cada pensamiento nos produce una emoción. Por tanto, si llenamos nuestra mente de ideas catastrofistas, estaremos muy ansiosos. Entonces, para interrumpir la ansiedad anticipatoria es necesario descubrir las emociones negativas que esta produce y calmarla. Por ejemplo: respira profundamente y relájate. Cuando creas que vuelves a tener el control sobre tus emociones puedes analizar la situación racionalmente.
2. Descubrir los pensamientos negativos. ¿Qué estás pensando? Puedes escribirlo en un papel. Te darás cuenta de que te centras más en las cosas que pueden salir mal que en los aspectos positivos. Esa es la causa de la ansiedad anticipatoria.
3. Descompone cada pensamiento. Toma los pensamientos, uno a uno, y piensa cuál podría ser el peor escenario que podría ocurrir. ¿Qué puedes esperar en el peor de los casos? ¿Cómo te sentirías? La mayoría de las veces observarás cómo tus respuestas no son tan malas como suponías en un principio y, por tanto, lo que ocurre es que estás magnificando las consecuencias de ese pensamiento y es ello, precisamente, lo que te da miedo.
4. Varía el foco de atención. Llegados a este punto, se observa que necesitas cambiar de actitud, lo cual significa que deberás centrarte en los aspectos positivos. Obviamente, te puede salir mal, pero cómo bien sabes, una actitud positiva mueve montañas. Y, por otra parte, también está claro que sólo con cambiar a un pensamiento positivo, tu problema no habrá terminado.
5. Prepárate para la incertidumbre. En realidad, la vida es bastante incierta y, cuanto antes lo asumas, mejor. Para eliminar la ansiedad anticipatoria es necesario que aprendas a vivir con la incertidumbre sin sentirte incómodo, sino tolerando que está forma parte de tu, -de nuestra- vida. Una buena estrategia es concentrarse en el aquí y el ahora, intentando controlar la tendencia a suponer lo que pasará en el futuro.
En definitiva, la ansiedad anticipatoria consiste en pensar que vamos a sufrir mucho y que pasaremos mucho miedo. Entonces, sentimos miedo por el miedo que creemos que vamos a pasar. De ahí que la expresión “Miedo al miedo” se haya hecho tan popular, hasta el punto de usarse como título para un libro de poesía (de Hernán Narbona), e incluso para el de una canción de hip-hop. La letra del rap que interpretan el grupo Desplante, con Diana Feria, comienza diciendo: “Esto ocurre muchas veces, cuando el temor a temer es más grande que tod
- Alteraciones de sueño
- Fatiga
Respecto a la sintomatología psicosocial, hallamos:
- Problemas en las relaciones interpersonales, ya que los pacientes están constantemente tensos y preocupados, a veces, sin una razón aparente.o aquello en lo que crees…”.
Autor: María Dolors Mas Delblanch, psicóloga.